Hace alrededor de dos años estaba cursando un grado medio de fotografía en Paterna, Valencia. Un grado verdaderamente interesante, tuve la oportunidad de conocer a gente maravillosa y hacia mis profesores puedo tener solamente buenas palabras, aprendí muchísimo de ellos y ellos con gusto compartieron lo que sabían. Si he tenido buena suerte ha sido con los profes que me han tocado siempre, conocedores, implicados con su trabajo y amantes de lo que enseñaban. Entre una de las asignaturas que recibíamos allí estaba PAA ( Procesos de ampliación y acabado) que, al adaptarla a la era digital, sólo mantuvo el nombre y, por esto, se merecen una reverencia. Supieron acoplar el curso a los avances tecnológicos vertiginosos que caracterizan nuestra época.
Bueno, a lo que iba. La tarea que nos dieron aquella vez consistía en contar una historia con fotografías de factura propia, presentarla como un pase de diapositivas y acompañarlas con una música que , de una manera u otra, la contáse o fuera afín a ella. Yo lo tuve muy claro desde el principio por dos razones. Primero- la canción me gustaba ya veinte y tantos años y segundo- tenía al actor (actores) prácticamente al lado.
Hablemos de la canción. » El reparador de sueños» vió la luz allá por el 1984 de la mano del cantautor cubano Silvio Rodriguez. Sí, lo sé…… que es comunista, que apoya el régimen, que está forrado mientras sus admiradores se las están viendo canutas…. es cierto, pero es un gran músico. Eso no lo podemos negar y prefiero no mezclar la política con la música. Me gusta su música y no comparto sus ideas, así de simples somos. Bueno, al grano. La publicó en el «Tríptico II» el segundo disco de una trilogía maravillosa. Se cuenta en ella la historia de un hombrecillo que se dedicaba a reparar los sueños de la gente, incluso llego a hacerse un dibujo animado que era ternura pura. Este tema de Silvio no paraba de sonar en nuestra fría y lejana residencia estudiantil donde nos rodeaban el humo, el vodka, el olor a cerveza y muchas otras cosas. De ahí mi amor por esta canción.
Uno de los actores es mi cuñado que en aquel momento era mi vecino y se prestó de muy buena gana. Es el tío preferido de sus sobrinos y tiene muy buen corazón. El actor menor….es mi hijo. Cualquier palabra que diga es poca para describir lo que siento por él y todo lo que le concierne. Esto lo entenderá muy bien cualquier padre o madre que lea esto. El amor por los hijos es incondicional. Ariel ( mi hijo) estuvo un poco renuente a participar en el proyecto, pero cuando le dijé que sería algo así como una película ( una animación) cayó rendido al sentirse protagonista y me dijo: «Vale papá». Lo demás fue relativamente fácil: pillar la cámara, hacer una burrada de fotos, seleccionar las mejores, editarlas…..y montar todo aquello. En realidad lo que vais a ver es un «remake». Ocurrió lo siguiente: juntamos todo con el «movie maker» de Microsoft que apenas permitía decentemente trabajar, daba muchos errores ( encima mi pc estaba pidiendo irse al cielo cibernético) y el resultado fue bastante desastroso : una idea bonita reducida a cenizas. Ni el audio se salvó del desastre. Pero había que entregarlo y así lo hice, explicando todas nuestras tribulaciones a los profes.
Hace un tiempo atrás retomé la idea porque conocí una herramienta de trabajo muy potente que me permitió afrontar con dignidad la faena. Y sobre todo eficiente, cómoda e intuitiva a mas no poder. Use la misma materia prima- mis fotos y la canción mencionada. El resultado de este último intento es lo que os quiero mostrar. Se llama igual que la canción de fondo «El reparador de sueños»
Es así, sencillo. Sin mas pretensiones. Y reitero que adoro a mi hijo.