Este verano tuve le enorme suerte de volver por mi tierra y estar allí algo de tiempo con los mios. El objetivo principal era pasar todo el tiempo con mi madre, ya viejecita.No obstante, a veces, el amor que le tengo a la fotografía me sacaba a la calle y me ponía a vagar por La Habana con mi cámara al cuello, intentando atrapar el instante maravilloso e irrepetible que me hará famoso en todo el mundo ( un nuevo Cartier Bresson ja ja ja )…..Me encontré a esta abuela en las cercanias del puerto, vigilando las puertas de unas antiguas naves, convertidas ahora en mercado para turistas. Apenas se puede saber algo de ellas ( habían otras) ni cuanto años llevan en marcha (!!!!), ni cuando las trajeron a este sitio ni que pensaban hacer con ellas, ni quién las fabricó, en fin. Creo que debe ser que el compañero que tenía la información necesaria estaba en alguna reunión intentando arreglar América Latina, o criticando al feroz enemigo del Norte, o haciendo colas para comprar patatas o algo similar para mitigar el hambre crónico del cubano. Aunque, pensándolo bien, también es posible que el Coma-Andante tuviera algo que ver en ello, como siempre. Bueno, sin mas lata, aquí tenéis a esta reliquia del transporte ferroviario cubano ( y mundial, quien sabe). Sabrá Dios cuantos maquinistas la hicieron atravesar la campiña cubana; cuantos miles de toneladas de caña de azúcar u otros llevó en sus hombros; cuantos polizones viajaron con ella, cuanto amor se derrochó en sus vagones vacios…….